Recursos para captar y mantener la atención de la audiencia

El mundo hoy en día va muy deprisa y cada vez irá más. Nos rodean muchísimos estímulos y nos bombardea la información que nos llega en forma de WhatsApp, "emails", llamadas y mediante diversas redes sociales. Todo eso nos distrae aunque tengamos ciertas dotes para la multitarea, porque es imposible prestar el 100 % de la atención a varias cosas a la vez, y lo peor de todo es que esas distracciones que he mencionado las llevamos continuamente encima, en el bolso o en el bolsillo, por lo que desconectar es realmente difícil. Por eso, cuando vamos a comunicarnos con nuestro interlocutor tenemos que hacer un esfuerzo extra para captar y sobre todo mantener su atención. Esto es especialmente llamativo cuando haces una presentación a un gran público, porque lógicamente no puedes regañar a alguien por estar mirando el móvil. Si estás en una reunión, según quién sea la persona que no presta atención sí que podrás decir algo. De hecho, cada vez es más común prohibir los móviles en determinadas reuniones no solo por motivos de seguridad, sino para mantener toda la atención de los asistentes. ¿Y qué recursos puedes utilizar? Varios. Vamos a ver algunos de ellos y tú mismo tendrás que decidir el más adecuado en cada momento o puede que conozcas otros. El primero y más importante ya lo he dicho repetidamente: pensar en la audiencia para que así se identifique con lo que comunicas. Personaliza lo que estás diciendo para dirigirte de manera más directa a las personas con las que hablas y que no parezca un discurso que repites a cualquiera. Si tienes delante a un amante del deporte y de la vida sana busca la manera de incluir esos factores en lo que dices, de relacionarlo con ese tipo de vida. Si es alguien que ha recorrido el mundo o que viene de otro país o cultura, puedes hacer alusiones a esas circunstancias; además de identificarse con lo que dices, puedes conseguir emocionarle. Nadie quiere perderse cómo acabará una bonita historia de amor o un drama de una serie. Te identificas con la historia y mantiene tu atención en vilo hasta saber el desenlace. Aquí el "storytelling" te puede ayudar. El humor es otra forma atraer la atención, pero, claro, no encaja en todas las situaciones, es un tema muy personal porque puede gustar o a veces ofender y siempre debe ser humor blanco. Si no tienes mucha confianza con quien hables olvida las bromas arriesgadas o de temas sensibles. También funciona comenzar la intervención con una pregunta, un reto o un dilema que se puede ir resolviendo por partes a medida que hablamos o al final para cerrar nuestra intervención. para que la atención no decaiga es muy importante hacer partícipe y hacer participar a tus interlocutores no solo cuando nos comunicamos con un grupo pequeño, también en presentaciones grandes. Hay muchas formas de hacerlo,: puedes consultar cuántos de los presentes han hecho algo, prefieren una cosa u otra o han vivido una determinada situación; preguntas que les hagan salir de su actitud pasiva. El cambio de estímulos es importante. Si tienes que hablar durante un buen rato intercala tus palabras con vídeos, imágenes u otros recursos que se te ocurran, y si estás en una presentación muévete por el escenario. Asegúrate de que te entiendan no solo por el lenguaje que usas, también si hablas de algo que a tu audiencia le pueda costar comprender. Imagina que hablas del número de toneladas de arena que se necesitan para algo, puedes decir que equivalen a tres camiones llenos de arena, por ejemplo. El tono de voz que uses es fundamental, evita ser monótono, juega con los silencios y con las inflexiones de la voz, sube y baja el tono para dar mayor importancia a determinadas ideas. Una voz potente transmite seguridad. Sin embargo, si hablas todo el tiempo bajito parece que no te atreves a hablar, que tienes miedo a equivocarte. Muestra pasión por lo que dices, que te lo crees. El contacto visual también ayuda a mantener la atención. Si hablas con varias personas pasea la mirada de una persona a otra sin excluir a nadie y mira a los ojos manteniendo la mirada el tiempo suficiente como para mostrar interés pero no para parecer desafiante. Como decía al principio, existen muchos recursos y pueden ser muy adecuados o no según los interlocutores o el tema que se trate. Piensa en cómo puedes utilizarlos para atraer la atención de tus interlocutores. ¿Cuándo crees que te serán utiles?